Utilizamos aquí la palabra paradigma con el sentido que le daba Platón en sus escritos:
Un modelo ejemplar, algo digno de ser seguido e imitado.
Desde esta perspectiva, para nosotros, la Agilidad representa hoy un paradigma organizativo y también personal, un modelo ejemplar aplicable a empresas e individuos.
La Agilidad en el mundo empresarial tiene su origen en una reunión de desarrolladores de software en Aspen (Colorado), donde nació el Manifiesto Agile.
Se contraponía al modelo tradicional de desarrollo de software, caracterizado por:
Largos plazos
Costes elevados
Exceso de burocracia
Documentación excesiva
Frente a ello, el enfoque ágil propuso:
Ciclos cortos de desarrollo
Diseño centrado en el usuario
Adaptabilidad y entrega temprana de valor
Reducción de errores estructurales
La palabra “ágil” proviene del latín agilis, que implica acción, movimiento, dinamismo. Por lo tanto:
Una organización ágil es aquella que alcanza sus objetivos adoptando comportamientos concretos y efectivos.
A continuación, exploramos los principales valores y pilares de una organización ágil:
Una organización ágil tiene un conocimiento profundo de sus clientes mediante herramientas como el pensamiento de diseño, lo que le permite:
Anticiparse a sus necesidades
Superar sus expectativas
Adaptarse a sus cambios
En una organización ágil:
Se actúa desde lo colectivo
Hay una visión compartida en todos los niveles
La estrategia y los valores llegan a toda la estructura
Los equipos ágiles son:
Autónomos para definir su forma de trabajar
Estimulados para experimentar y mejorar continuamente
Colaborativos en el aprendizaje y la difusión de conocimiento
El conocimiento circula libremente.
La diversidad enriquece a los equipos. En una organización ágil:
Se fomenta la expresión libre de ideas
Los mandos generan un clima de apertura y confianza
El feedback es continuo y constructivo
Cada persona puede ser auténtica sin miedo a no encajar
La estructura organizativa está alineada con la realidad de los procesos. Esto implica:
Procesos end-to-end sin obstáculos
Estructura al servicio de la eficacia, no al revés
Enfoque en la entrega de valor real al cliente
Una organización ágil es realista:
Conoce sus capacidades y limitaciones
Fija metas alcanzables
No malgasta energía en perseguir imposibles
El pragmatismo es progreso paso a paso.
Vivimos en un entorno en constante cambio, acelerado e incierto. Nuestra fisiología y psicología evolucionaron en un contexto muy diferente.
Hoy, el principal reto de personas y organizaciones es la adaptación continua.
El estrés es la energía que usamos para adaptarnos. Si esta energía se agota, surgen:
Enfermedades
Bloqueos
Fracaso adaptativo
Por eso, la agilidad no es una moda, es una necesidad evolutiva.
Una organización ágil es aquella capaz de adaptarse al cambio.
En AgilitasFree creemos firmemente que aplicar el paradigma ágil permite:
Progresar
Aprender
Evolucionar en entornos inciertos